miércoles, 3 de diciembre de 2014

Noviembre

  ¡Clamé al cielo y no me oyó, y pues que sus puertas me cierra, de mis males en la tierra, responda el cielo, no yo!  Jose Zorrilla  D. Juan Tenorio.

He esperado al Diciembre para publicar esta entrada, ya que no no me suele gustar mucho el mes de Noviembre.

El por qué, no lo sé, ancestral, o cosas de la edad.


Noviembre me trae melancolía.
No en la totalidad de sus días, es cierto, pero si en muchos.
Reconozco que he tenido momentos mejores o al menos con mas fortaleza emocional, puede que este otoño lluvioso que se ha instalado en esta ciudad, sea la causa, pienso,: ¿ acaso no suele llover siempre por estas fechas?, o quizás, son estos cafés en los que uno emborrona hojas y hojas de un "moleskinne de chino" y las deja caer al suelo para que se confundan con las de los arboles, o es acaso esta oscuridad tan temprana que se apodera de la tarde, a media tarde, para convertirla en noche prematura.

Noviembre, este mes que arranca poniendo color de primavera a los camposantos. Noviembre, viene llenando de coloridos matices los recuerdos y de suaves perfumes las tristezas de los que van, de los que allí quedan.

Noviembre, que llega con sus días  fríos, húmedos y silenciosos, como un preámbulo a una noche mas de ausencias.Noviembre, compro un cucurucho de castañas asadas para entretener mi regreso, mi estomago, calentar mi recuerdo o quemar mis olvidos.

Noviembre , que empieza a vestir la ciudad de colores y de figurillas, las mismas del otro Noviembre y del anterior, afanosos operarios que me quitan las hojas caídas y me llenan de leed estas rúas de bullicio.

Noviembre este mes que me produce desasosiego, a veces con lo que siento, otras con los que veo y escucho, otras con lo que recuerdo, aunque recordar también es sentir.
Noviembre, quizás mes de silencios, porque a veces se dice mas con un silencio que con cincuenta palabras.
Noviembre,  que me llega desde el susurro del bosque, desde el silencio de la tierra, donde  escuchó su grito y lamento su llanto.

Definitivamente, no me gusta el mes de Noviembre, un mes aun prematuro para ir cerrando círculos, pero que te atosiga a hacerlo como el mismo acortamiento paulatino de sus horas de luz.

Noviembre, ya pasaste, y ya me desprendiste de mis hojas, y aquí me quedo contemplando en el fondo del estanque lo que han sido.

Más no pienses Noviembre, que me has vencido, aunque hayas oído mi lamento en un grito

al fin ya te has ido.

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